8 Sep, 2025
Así lo afirma el psicólogo Orlando Sánchez Castillo, docente de la UPAO, como consecuencia de la violencia social que se vive.
Un clima de zozobra y creciente temor se vive en Trujillo y la región La Libertad, producto de la violencia social que ocasiona la delincuencia.
Según el psicólogo Orlando Sánchez Castillo, docente del Programa de Estudio de Psicología de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), son varias las consecuencias de la ola de violencia que afrontamos, y uno de ellos es el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
“Generalmente, se
atribuye el TEPT a las personas que sufren la violencia, pero no se habla mucho
del impacto indirecto en la gente que presencia la violencia, como cuando un
día nos levantamos y nos enteramos de que han volado una casa donde pudimos
haber estado nosotros o cuando pasamos por una calle y vemos un hombre tirado,
con policías que rodean el cuerpo asesinado”, comentó.
Esa exposición a la
violencia genera también estrés postraumático. En tal sentido, podemos deducir
que la población trujillana lo está adoleciendo, y las consecuencias son la ansiedad
y depresión.
Dijo que los trujillanos
empezamos a vivir en un lugar donde es fácil morir, donde la muerte está cerca,
y no necesariamente por temas naturales. Eso genera en la persona lo que en
psicología se llama hipervigilancia, que es estar cuidándose constantemente.
Esto propicia la ansiedad elevada o nerviosismo.
Desde esa perspectiva, la
ansiedad genera cuadros psicosomáticos, como la hipertensión (relacionada con
el debilitamiento del sistema inmunológico), cáncer, problemas cardiacos,
diabetes, etc. Asimismo, la depresión genera desesperanza, al no encontrar una
solución a este problema.
“El problema de los
trastornos psicológicos es que muchas veces la persona que los padece es la
última en enterarse y por eso los familiares resultan pidiendo apoyo. Lo que
pasa es que la ansiedad y la depresión terminan normalizándose”, indicó.
Con respecto a la
violencia, agregó que, si bien se puede brindar soporte psicológico, se
necesita una acción institucional. Por eso, desde la academia se empieza a ver
con más cuidado la criminología, una disciplina que se encarga de estudiar los fenómenos
de la violencia, sus razones, sus soluciones, sus efectos y los factores de
rehabilitación, entre otros.
“Por suerte, la UPAO
está lanzando una maestría en psicología forense, que es un punto importante a
tratar. Deberíamos estar mejor informados y formados en este tipo de temas”,
concluyó. (CGG/APB – PRENSA UPAO).