11 Sep, 2025
En mérito a su destacada labor docente y su vasta producción literaria, fue reconocido en la calidad de amauta.
El respetado educador y literato Saniel Eufemio Lozano Alvarado, docente de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), recibió las Palmas Magisteriales, en la categoría de amauta, que otorga el Ministerio de Educación, en mérito a la excelencia de su carrera profesional.
Desde la perspectiva del comité
responsable de designar a los docentes merecedores de tan elevada
condecoración, el doctor Lozano Alvarado acreditó una destacada trayectoria
profesional, académica y de producción literaria, que ha contribuido a mejorar
de manera extraordinaria la educación en el Perú.
El docente orreguiano fue postulado por la
Facultad de Educación y Humanidades de la UPAO. El doctor Saniel Lozano ha
recibido una serie de títulos intelectuales, como el Premio Nacional de Ensayo
y Critica Alfonso Bouroncle, el Premio Nacional de Periodismo, el Premio
Nacional de Literatura Infantil Carlota Carvallo de Núñez y el Premio del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, entre otros.
El condecorado, que es licenciado en
literatura por la Universidad Nacional de Trujillo, ha sido
presidente de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil y, desde
su fundación, dirige Rayuelo, revista oficial de esta organización.
Tiene un palmarés
intelectual enorme y destacado en los campos de producción literaria. Entre los
libros escritos por él están Literatura infantil y juvenil de La Libertad
y La vocación del amor en la poesía de María Negrón Ugarte. Además, es
autor de textos universitarios como Los senderos del lenguaje y Palabra
sin palmeta: tecnología del lenguaje y la literatura.
También incursionó con
éxito en los campos del ensayo, la crítica y la poesía, sin contar que también
ha sido incluido en varias antologías de literatura nacional. Asimismo, ha sido
presidente de la comisión organizadora de la Universidad Nacional del Santa, y
docente en distintas instituciones universitarias del país.
“El amauta no solo es el
depositario del conocimiento, sino, fundamentalmente, señala la función de
orientar a las nuevas generaciones en relación con la vida, la sociedad y la
cultura. El reconocimiento, más que una premiación, es la consagración de un
oficio, de una vocación, de una entrega a los demás”, dijo, emocionado, Lozano
Alvarado.